La mujer de los animales

La mujer de los animales
Sergio

domingo, 27 de mayo de 2012

Holograma / Madrigal. poesía natural



Lucías tus pasos lentos sobre el pedregullo molido de la curva, y entre los laberintos que tu pelo enredaba en la ventisca, reías y te olvidabas de todo. Una sombra en el campo cayó la tarde y electrizó el mantel de lino de la mesa. Estabas sentada junto a las flores, y escuché tu nombre al final de un verso, eras vos, estoy seguro, y me pedias una rima, una musicalidad entre lo que soy y lo que queda, antes y después que hayas venido. Estabas cansada de caminar, una emoción te ablandaba el cuerpo, volvías abstracta, sin pensamiento, y yo, que acunaba el silencio, miraba el final del día recordando aquella vez, donde te veía tras el fulgor que el sol despliega en su conciencia. Ahora sé que tus manos despiertan mi cuerpo con una liviandad de aura y en un perfecto ámbar. La tibia luz de tu manantial se va por los caminos largos que desaparecen y caen en la profundidad de un sueño dorado. Ahora sé, que aquí construyo una puerta donde puedas encontrarme, observando atento, tus efectos. Me has mostrado, tirado entre los pastos, verte con estas palabras. Quiero pedirte antes de llevarte el día, me emulsiones en tu lado sensible, me mires fijo, y al final parpadees en el punto.