La mujer de los animales

La mujer de los animales
Sergio

domingo, 27 de mayo de 2012

Campo de lagunas / Madrigal. poesía natural




El cielo es una señal de hace millones de años, la contemplación de un atardecer nuclear de otra galaxia. Aquí las olas habitaban un pequeño mar, formándose entre los destellos del brillo en movimiento. La luna sigue recorriendo las hectáreas, ansiosa por reflejarse, mientras la distancia se desfigura por los espejismos. Me arrodillo y concentro mis habilidades para que llueva. Como un niño dentro de un sueño, comienzo a buscar la verdad, jugando con la fantasía. Repito mentalmente las siglas, invirtiendo los triángulos de cada elemento. Hablo con los ojos que acarician las flores, les digo: mi nombre no es este, soy de otro río, he visto a los horizontes en fuga encender cada paisaje, mi visión nocturna es periférica, recorro las calles que me educaron, para ver la belleza durmiendo en los lugares. Soy nada, mi misión es aprender que existo en un destino consiente que me exige honrarlo, puedo subir a una brisa y mirar desde arriba, el viento me pertenece desde que mutaron los cambios bajo la superficie, cuando el aire se hacía visible con las primeras estaciones.