Antes de entregarme a despertar, intenté retener una imagen que había quedado en los ultimos minutos de un sueño. Estábamos en el medio de la laguna, apagué el motor y dejé el bote a la deriva. La lejanía de los alrededores llegaba con el eco de las horas, donde el viento y el atardecer dejan que todo se escuche. Te desnudaste mirando el reflejo del sol, como una india salvaje aflojaste tu pelo y te mojaste con el agua de las olas. Tu silueta se volvió brisa y atesoré toda la luz de las estrellas que acampaban arriba. Deslicé el ancla al fondo y juntos sobre el piso, mirábamos el viaje de los relámpagos debajo de la tormenta. La calma nos hamacaba con el leve paso de la corriente. La primera vez que una sensación me recuerda donde nunca estuve.