Campo de sal. El suelo navega entre los remolinos. Un ave fue despedazada y se entierra de a poco con sus huesos. Los peces irradian la sequía y sangran en el barro. Hay un bote esperando el diluvio. Habitamos el espacio donde las horas parten, se siente la presencia de los que vienen. Aquí hubo una batalla, cuerpos profanos nos inquietan, ocupan su territorio. Vamos a hablar con los muertos, llegó el momento de preguntarles.
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